Merecido homenaje a Ávila

Esta tarde, aprovechando la llegada de la Vuelta a Ávila, se celebrará un sentido homenaje en las murallas a los corredores nacidos en esta cuna de campeones. Porque Ávila es la catedral del ciclismo español. De una comunidad tan pequeña procede gente de la calidad de Julio Jiménez, Ángel Arroyo, José María Chava Jiménez, Carlos Sastre, Paco Mancebo... hay muchísimos más y que me perdonen si no les cito. Estos hombres han sido grandes embajadores del ciclismo español y abulense con sus éxitos a nivel internacional. El monumento que se va a levantar en su honor, gracias a los esfuerzos de Julio y Arroyo, es más que merecido. Ávila tiene una enorme afición por este deporte, y es de ley reconocer también su dedicación al ciclismo. En Cantabria, en el Puerto de las Alisas, también hay una estatua que recuerda a estos deportistas, como en Villava al gran Miguel Indurain.

El sitio en el que se va a colocar el monumento ya es de por sí muy identificativo de los corredores abulenses: las murallas de la ciudad. En el mismo lugar donde se han vivido grandes gestas en la Vuelta. Aquí ganaron sus rondas Lucho Herrera y Bernard Hinault. Aprovecharon las cotas de la sierra de Ávila para realizar una apuesta valiente, y ganaron. Este año, sólo otro corredor de la tierra, Carlos Sastre, se ha mostrado valiente para darle un vuelco a la carrera, aunque sus esfuerzos no se ven ni acompañados ni recompensados. Mi favorito para vencer hoy en el adoquinado es otro español: Samuel.