Al Atlético le falta ambición
El Atlético necesita un buen psicólogo, alguien que les insufle a sus jugadores un poquito de ambición, ganas de victoria. Los jugadores de este equipo de Aguirre se conforman con muy poquito. En Murcia les bastó con ponerse por delante con una genialidad del Kun para dedicarse a la vida contemplativa. Era el minuto 14 y el equipo se replegó, le entregó el balón al Murcia y se dedicó a esperar, quizá con la idea de cazar algún contraataque ahora que por delante andan tipos peligrosos como Simao y Forlán. Gran error. Los delanteros, los supuestos nuevos puñales rojiblancos, fueron nulos durante todo el partido porque les llegaron muy pocos balones. Este Atlético con tanta artillería no creó el más mínimo peligro. Aguirre no fue capaz de insuflarles a sus jugadores la ambición que hacía falta para lanzarse a por el partido. Otra oportunidad pérdida.
El Murcia, sin grandes alardes, se hizo dueño del encuentro, sobre todo porque el Atlético se encogió, se echó atrás y le cedió la iniciativa. El gol tenía que llegar porque no se podía estar 45 minutos jugando con fuego. Y Gallardo aprovechó un balón que dejó pasar olímpicamente Pernía para marcarse un jugadón y batir a Leo Franco. El Atlético recibía así el justo castigo a su racanería. Este equipo sigue estando en la indefinición y no responde a las expectativas que había levantado. Le sigue faltando un líder en el campo, alguien que le despierte cuando se duerme como ayer en la Nueva Condomina.