Tolerancia cero con los tramposos

Tolerancia cero con los tramposos

Según la Real Academia Española de la Lengua el término trampa se define como una infracción maliciosa de las reglas de un juego o de una competici ardid para burlar o perjudicar a alguien y contravención disimulada a una ley, convenio o regla, o manera de eludirla, con miras al provecho propio. Es decir que en el deporte, espiar para apoderarse de tecnología del rival (McLaren), doparse (Rasmussen, Vinokourov, Jolanda Ceplak, Lysenko), pagar para perder o alterar el resultado de un torneo (Moggi con la Juventus o Donaghy en la NBA) y cualquier pillería o añagaza que desvirtúe el espíritu de la competición es trampa y, por lo tanto, debe ser perseguida y aniquilada con castigos que aseguren un espectáculo limpio y eviten cualquier atisbo de farsa, entre otras cosas para que el aficionado no se evapore harto de tanta artimaña.

El ciclismo ya es una víctima del mirar hacia otro lado, como hizo la FIA con McLaren al reconocer que quebrantó el artículo 151c al tener información de Ferrari, aunque no les castigó por falta de pruebas. Me considero inhábil para descifrar la resolución, en especial esa coletilla de "si en el futuro usan esos datos les excluiríamos". Si pueden utilizarlos es que los tienen, si los tienen es que han espiado y si han espiado se merecen un castigo. Con este fallo la FIA ha conseguido poner bajo sospecha a la Fórmula 1 y, sobre todo, a Hamilton y Alonso si ganan el título. ¿Cuanto tardará Ferrari en volver a acusar a McLaren de utilizar algún dato de los famosos 780 folios? El fantasma de la farsa ya planea sobre la F-1.