Hay que traer pronto a Riquelme
El mismo Atlético y con los mismos defectos. Eso es lo que vimos en Bistrita, por lo menos en el horroroso primer tiempo. Y encima sin esperanzas porque el Niño Torres está en Liverpool. Aquello parecía una pesadilla, o una vuelta al pasado. La defensa estaba como un flan, alguien nos explicará los motivos porque los chicos del Gloria Bistrita no son capaces de asustar a nadie. Pero el Atlético sí que tiene el poder de revivir a los muertos, y hasta de conseguir que los inocentes rumanos les metiesen dos goles en veinte minutos. Eso sí: los goles fueron dos auténticos regalos, la especialidad de la casa. Por ahí también tiene mucho trabajo Aguirre, porque no se puede llegar muy lejos en ninguna competición si se siguen regalando goles por todas partes.
El Atlético del segundo tiempo puso más empeño, apareció por la izquierda Jurado y con eso fue suficiente para que Seitaridis acertase con un zapatazo. Ese gol puede ser la llave de la clasificación, porque este Gloria Bistrita es un equipo menor, demasiado flojo como para resistir el asedio a que le sometera el Atlético en el Calderón. Lo normal es que Aguirre y los suyos sigan adelante, pero en Bistrita volvieron a exhibir los defectos que la temporada pasada les condenaron a sufrir esta eliminatoria veraniega de la Intertoto. A estas alturas no se puede juzgar a nadie, pero por ahora tenemos más de lo mismo y al Atlético le sigue faltando un organizador, un tipo que la toque y haga jugar a los demás. Hay que traer a Riquelme. Y pronto.