El Galibier no estaba huérfano
Cuando se había pasado el Telegraphe y veía el Galibier he recordado a aquellos grandes escaladores que han sido allí protagonistas. Julio Jiménez, Bahamontes, Fuente, Pantani... Y pensaba: 'Hoy el Galibier está huérfano'. Pero cual ha sido mi sorpresa cuando a 6 kilómetros de la cima saltó Valverde, agresivo como nunca. Atacó hasta en cinco ocasiones y puso la carrera patas arriba. Vinokourov y Klöden se quedaban. Sólo aguantaban sus hachazos Rasmussen, el líder, y Alberto Contador. Valverde fue después el gran sacrificado, aunque para ganar el Tour hay que atacar como lo hizo él, porque no se daba cuenta de que a su rueda estaba Contador. Alberto salió como una exhalación. Valverde ya no pudo ir detrás. Había desgastado mucho.
Fue también una gran batalla de Contador con su compañero Popovych. Y una gran persecución de Valverde y Rasmussen a Contador, que llegó a sacar un minuto y diez segundos al líder. Españoles destacando por delante, Contador; y por detrás, Iván Gutiérrez que hizo un trabajo extraordinario a Valverde. Y ayer Alejandro y Contador dejaron sus credenciales. El Galibier no estaba huérfano.