Hubo miedo a la primera etapa de montaña
He salido muy decepcionado de esta etapa. Esperaba mucha más batalla por parte de los favoritos. Estaba convencido de que habría al menos uno que intentaría probar las fuerzas de sus rivales, medirse a ellos y conocer el terreno que pisa. Pero ha habido un gran miedo generalizado a esta primera etapa de montaña. Además, la escapada ha perjudicado muchísimo. No es lo mismo gastar fuerzas sabiendo que puedes tener como recompensa un triunfo de etapa, que atacar simplemente como tanteo. Pero en esas condiciones, la etapa resultó un fiasco. Es lamentable que estando tan cerca de meta un puerto tan duro como la Colombière lleguen a meta un grupo de casi cuarenta corredores. El CSC intentó que la fuga no tomara demasiada ventaja, incluso sacrificó a Cancellara. Y el Caisse d'Epargne se implicó demasiado tarde. Para que Valverde ganara la etapa tenían que haber empezado mucho antes.
También se esperaba que alguien apretara las tuercas para ver si cedía Vinokourov. Pero al kazajo se le ha visto un pedaleo muy fino, bien agarrado a la cruz del manillar y eso quiere decir que está entero. He echado en falta a un verdadero escalador. Desde que se fue Pantani no hay nadie que sepa arrancar la moto en las subidas y eso facilita que todos aguanten a ritmo. Pero hoy será otra historia. La etapa tiene tres puertos de primera, con meta final en el último de ellos. Y ahí nadie se va a poder esconder. Cuando una etapa termina en alto cada uno depende de sus propias fuerzas y esta vez sí, estoy convencido de que empezarán a eliminarse candidatos, siempre que alguien tense un poco la cuerda, claro. Quizás lo intente el mismo Vinokourov o Carlos Sastre, que es un corredor muy valiente. Y veremos como funciona Gerdemann. Es joven y una incógnita, pero normalmente no debe preocupar a los favoritos.