La vela y sus mil razones
Fin de la historia. El colofón a la final española fue la regata más igualada de la historia de la Copa América. Un segundo, un tubular, medio cuerpo... La vela, por elitista, llegaba a Valencia bajo sospecha, pero la historia dirá que aquí se disputó la mejor edición de la Copa América y que la vela entusiasmó a España. Así lo atestiguan los 1.000 barcos, mil razones, que escoltaban a Alinghi y New Zealand el fin de semana. La vela ha soltado lastre.
Fin a una edición con héroes y villanos. Héroes imberbes destinados al Olimpo de la vela como Dean Barker o James Spithill; inesperados como el Shosholoza, esa especie de ONG surafricana; y previstos como el Desafío con, quizás, un acusado acento guiri. Y villanos curtidos como Chris Dickson y su mecenas Larry Ellison, que naufragaron en el mastodóntico BMW Oracle. O Patrizio Bertelli y su Luna Rossa, que tras aplastar al BMW, fue laminado por el New Zealand, la mejor tripulación en aguas valencianas. Adiós a la Copa América. Mejor dicho, hasta ¿ 2009?