Dos tipos serios, muy serios
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Con el ejemplo de Rijkaard, triunfando en el Barça siendo un novato, hay ex futbolistas españoles que reclaman poder dirigir de sopetón en Primera porque no es tan necesaria esa experiencia. Puede. De cuando en cuando se demuestra que sí. Pionero fue Luis Aragonés. Pero son más los casos de técnicos que, tras purgar en categorías inferiores, acaban madurando lo suficiente como para llevar el vestuario de un grande. Juande y Schuster son un ejemplo. Ambos han tragado el polvo espeso de la Segunda y exhibido la bandera de la humildad, pese a que en el caso del alemán le avalaba una trayectoria galáctica como futbolista. No han necesitado trajes caros, ni gomina, ni amigos periodistas, para acabar triunfando.
Me quedé embelesado el día que le escuché a Juande decir que si su equipo está ganando 3-0, les pide que busquen el cuarto. Me deja embobado Schuster cuando explica con sencillez que jugar bien al fútbol consiste en pedir a cada jugador, desde la defensa a la delantera, que toquen sin rifar el balón. Lo mejor es que lo dicen y lo hacen. El Sevilla ha ganado tres títulos europeos en un año jugando muy bien al fútbol. Con bandas, con toque, sin especulaciones. El Getafe le dio un agua al Real Madrid de Capello tocando y tocando. Escondían el balón, buscaban la mejor opción y, zas, cuando encontraban el momento ya estaban ante Casillas, en menos de diez segundos. Tanto atrevimiento tiene recompensa hoy. Y llegarán más para ambos en el futuro. Ahora mismo pueden elegir, y no por su cara bonita.




