Y además de Villa, Cesc
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Me alegro de que la pachanga contra este país impronunciable haya servido para recuperar al jugador que nos ilusionó en el pasado Mundial. Desde entonces, de Cesc sabíamos por su gran temporada en el Arsenal y por las continuas apariciones de su representante. Lo primero era una alegría, lo segundo, una especie de pesadilla. Y no lo digo porque tenga algo en contra de su apoderado, todo lo contrario, pero los contratos se ganan en el campo. Cesc tiene fútbol para eso y para más. Lo demostró ayer en el primer pase del partido y lo hizo poco después robando el balón del segundo. Pero en la Selección había rascado poca bola. En parte por su culpa, como reconoció antes del choque, y en parte por la presencia de Xavi.
Villa está más cuajado. Ya dijimos que es el referente del equipo de Luis. Se lo ha ganado con goles y pelea. Le da igual el rival y las circunstancias. Sigue teniendo hambre. En eso también se parece a Cesc. Son jugadores egoístas cuando tienen el balón. Mejor que los que se esconden cuando el partido está feo. Volviendo a Fábregas, creo que le ha perjudicado su polivalencia. A su dote natural de organizador, añade llegada al área, gol, caída por las bandas. Vamos, un poco el bendito problema que tiene también en el equipo nacional y en el Barça Iniesta. No son el cinco argentino clásico, o el cuatro que mimó con la cantera Cruyff, pero todo lo que hacen, lo hacen bien.




