Lecciones de talento y deportividad

Si quedaban dudas sobre el altísimo nivel de la Liga española, aquí están estas dos colosales eliminatorias para disiparlas. Fuera de la NBA, creo que ningún país tiene cuatro equipos capaces de ofrecer unas semifinales de tanta calidad en todos los aspectos. Alto nivel en el juego y solidez de los equipos. Alto nivel en los planteamientos y dirección de los entrenadores. Alto nivel en el impacto mediático de la competición. Alto nivel (rectifico: inmejorable) en el comportamiento de los aficionados, que llenan los pabellones, vibran con los partidos y conviven (rectifico otra vez: fraternizan) en las gradas sin incidentes. Ayer, por ejemplo, dos centenares de hinchas badaloneses se manifestaron sin problemas entre casi once mil incondicionales madridistas.

Tal como dijo Aíto días atrás, el factor psicológico favorece al que marcha por detrás en la eliminatoria. Algunos tomaron a chanza esa reflexión, preguntando si era preferible entonces ir perdiendo, pero Aíto exponía simplemente una perogrullada: hay mayor motivación, más hambre de victoria en el que tiene que recuperar terreno. Ayer se demostró en ambas semifinales. El Winterthur niveló la serie ante un Tau algo relajado tras el primer triunfo, y pocas horas después el Joventut se sacó la espina de la reciente y agónica derrota frente al Madrid. Desde que se inició el playoff por el título, el Joventut ha disputado 7 partidos en 16 días. Aíto y sus jugadores llevan dos años dando lecciones de profesionalidad y clase. Badalona está en deuda con ellos.