La defensa ha hecho aguas
La defensa fue una de las pocas líneas del equipo que, durante mucho tiempo, se salvó del desastre. Con la llegada de César Ferrando se acertó con la contratación de uno de sus pupilos, el central Pablo. A eso hay que unir el acierto del fichaje de Perea. No salió nada caro y enseguida destacó. Articulada una pareja de centrales solvente, solo quedaba dotar a la zaga de laterales de prestigio. A Antonio López y a Valera, sumamos dos jugadores contrastados, Seitaridis y Pernía. Todo encajaba.
L a retaguardia estaba confeccionada y los esfuerzos había que concentrarlos en un jugador de creación y en potenciar la delantera. Los planes muchas veces se quedan en meros propósitos. Porque en las dos últimas temporadas, la defensa ha hecho aguas. Seitaridis y Pernía no han demostrado nunca la categoría que avalaba su trayectoria. No han servido para defender, ni tampoco para ganar potencial ofensivo. Lo de Pablo y Perea es más extraño. De ser la pareja de centrales más cotizada han pasado a regalar goles decisivos. Las soluciones de urgencia, Eller y Ze Castro, no han satisfecho por lo que urge un central de garantía.