Un ciclón llamado España
Faltan cuatro meses, pero Pepe Sáez nos pone ya taquicárdicos con la Selección. No recuerdo a nadie que haya vendido mejor el producto baloncesto, ni que haya rentabilizado los éxitos mejor que el presidente de la FEB. Faltan cuatro meses, insisto, y queda por decidir uno de los premios gordos en la temporada de clubes (o sea, el título de Liga), pero Sáez ya nos ha metido en el cuerpo el gusanillo del Eurobasket 2007. Todos estamos ansiosos por disponer de entradas, todos sufrimos con Garbajosa en su batalla de recuperación contra el reloj, todos hacemos quinielas sobre la docena idónea a convocar, todos esperamos vivir alegrías tan grandes como las del Mundial de Japón, pero con rioja y pata negra en vez de sake y sushi para celebrarlo.
Voy a entrar gustosamente en el juego y confesar algo que me ilusiona desde ya mismo. Espero que España, nuestra Selección, sea un vendaval. Se me hace la saliva horchata imaginando que tendremos el equipo más veloz de siempre. Ruego fervorosamente a Pepu Hernández que en algún momento, aunque sean cinco minutos, ponga en pista el siguiente quinteto: Raúl López, José Manuel Calderón, Rudy Fernández, Jordi Trías y Felipe Reyes. Es un equipo con tan enorme potencial de contraataque que no habría rival capaz de contenerle. Romperíamos la cintura a cualquiera, ríanse de los ciclones del Caribe. Lo sugiero con tiempo, porque es evidente que Pepu no entiende mucho del asunto y necesita nuestra colaboración, la de los expertos.