La expulsión de El Rifle cambió todo

La expulsión de El Rifle cambió todo

Lo mejor del encuentro de ayer para el Espanyol fue el inicio y el final. Comenzar un partido marcando un gol es una bendición, sobre todo cuando la mente viaja inconscientemente a otro partido (en este caso, el del jueves). A partir de ahí, el encuentro fue algo soso. El Espanyol se tiró para atrás y el Betis no tiene aquel empuje que le caracterizaba. Su juego es de mucho toque, pero especulativo. Pero cuando las cosas apuntaban al optimismo, la expulsión de Pandiani marcó el devenir de la segunda parte.

En ella, el Betis fue el amo del partido y los goles comenzaron a llegar. Hubo algunos errores defensivos que no deberían repetirse el jueves, de lo contrario las cosas estarían muy negras. No creo que ayer el equipo saliera despistado. Se luchó por intentar llegar a la séptima plaza, pero ahora es una opción bastante remota. Lo que nos queda es gorda: la UEFA, donde reposan todas las ilusiones. Soy optimisma. Creo que las bajas no se notarán, porque a estas alturas de temporada y ante la envergadura del evento, los jugadores. Pandiani y Tamudo es una pareja de garantías, por lo que Luis que se reserve para la vuelta. Prepárensen, y todos a Montjuïc, claro.