Estar a la altura de la camiseta
La más que probable final copera entre el Barça y el Sevilla nos ha metido un pie en Europa. Después de tantos años de ostracismo continental, cualquier competición europea es bienvenida. Para los que tanto desdeñan la UEFA, sólo hay que recordarles la relevancia mundial que ha adquirido el Sevilla adjudicándose este "denostado" torneo. Sin embargo, a sabiendas de que muy mal tenemos que hacer las cosas para terminar por debajo de ese séptimo puesto, la situación se ha tornado diferente. Este equipo por muchas razones, que van desde el sobreesfuerzo económico que ha hecho la entidad para hacerlo competitivo, hasta la afición pasando por su historia, está obligado a jugar la máxima competición europea, la Champions League.
Las dos primeras plazas, creo sinceramente que están adjudicadas. El Atlético no está a la altura de catalanes y andaluces. Por el contrario, entiendo que tanto el Real Madrid como el Valencia sí están a nuestro alcance. Es cuestión de mentalización o lo que es lo mismo, de que una parte importante de la plantilla entienda la trascendencia y la responsabilidad que conlleva la camiseta que visten. No valen excusas, ni de falta de concentración, ni tampoco de confianza. Estamos hablando de profesionales por los que se ha pagado mucho dinero. Jugadores que tienen la obligación de rendir al máximo en los momentos decisivos. Es la hora de la verdad y la ocasión se presenta inmejorable. No podemos fallar, aunque siendo los que somos, todo es posible.