Una norma para sólo un club

Una norma para sólo un club

Me parece bien, y hasta lógico, que en el convenio firmado entre Federación Española de Fútbol y Liga Profesional se regule el cambio de residencia de un club profesional porque son sociedades anónimas y, por lo tanto, deben regirse por las leyes del mercado y buscar aquellos ámbitos en los que encuentren una viabilidad económica. Pero también hay un elemento que siempre hay que tener en cuenta: el arraigo social. Real Madrid, Athletic y Barcelona podrían llegar algún día a ser sociedades anónimas, pero nadie se los imagina fuera de sus actuales sedes.

Cuando se habla de cambio de franquicias siempre se mira a la NBA pero allí también se tiene en cuenta dicho arraigo. Los Celtics siempre han sido y serán de Boston y los Knickerbockers de Nueva York. Incluso también es impensable ya una NBA sin unos Lakers en Los Angeles, aunque sus primeros doce años estuviera en Minneapolis (zona de lagos, de ahí su nombre). En España, los clubes son instituciones básicas en sus ciudades y cualquier cambio de sede llevará acarreada una gran convulsión, salvo en el caso del Ciudad de Murcia.