Ahora que jugaban los de Fabio...

Capello no se cansa de decir a sus íntimos que no encuentra explicación al bajo rendimiento de jugadores como Emerson y Cannavaro. Junto con Diarra formaban la columna vertebral del equipo para aportar seguridad defensiva y orden. Así se planificó el pasado verano. Pues bien, ocho meses después, sus chicos empiezan a dar un poco la cara por él. A la rehabilitación de Emerson el pasado domingo se une ahora la de Diarra, el mejor en Santander. También está más fino Cannavaro. Pero cuando se arregla eso, la suerte y los árbitros abandonan a Fabio. No es su año. Claro, que no nos engañemos, aún jugando un poco mejor, el equipo está para pasarlo mal siempre que haya un rival de cierta entidad enfrente.

Los defensores del italiano esgrimían que era un error que renunciara a sus ideas, que con Emerson y Diarra en el once titular no perdían casi nunca. Otra teoría que se va al garete. En un día como hoy, en el que resulta difícil echar la culpa de la derrota en El Sardinero a los favoritos del entrenador, hay que reafirmar más que nunca que la historia del equipo blanco demanda otro tipo de juego y jugadores. Incluso antes de llegar el segundo gol racinguista, Capello ya estaba dando por bueno el empate con sus cambios. Cada vez está más cerca el fracaso de un proyecto basado en lo de que el fin justifica los medios. Como ese fin era acabar con la sequía de títulos, todo lo que no sea ir a la Cibeles desbarata totalmente el plan.