La concursal: el presi gana, el club pierde
El pasado domingo, este diario informó de que varios equipos se habían interesado en la Ley Concursal. Entre ellos, el Xerez. El Málaga está sirviendo de conejillo de indias y para aquellos que están tiesos (que diría Monterrubio) es una salida a valorar. El club y la prensa cargaron contra una web (xerezmanía) que se hizo eco de la información, sin reparar en el origen de la noticia, su veracidad (se conformaron con escuchar la versión del club) y lo peor, ni se molestaron en estudiar la Ley Concursal (un eufemismo de suspensión de pagos). Muchos han pontificado desde el xerecismo... Mal asunto. Porque el sentimiento es patrimonio de la grada, no de los profesionales, sean periodistas o incluso gestores (bien porque miren por su interés o por el del club).
Tras denigrar a la web (y retratarse a sí mismos), enardecidos por las diatribas presidencialistas, olvidaron el meollo del asunto: la Ley Concursal. A bote pronto, la ley es buena para los dirigentes, del club que sea, no específicamente del Xerez (no vean fantasmas donde no lo hay) y mala para el club. Si el máximo accionista quiere vender, como es el caso, lo puede hacer. La ley designa tres administradores (uno de los acreedores, otro del club y otro del juez) que deciden por consenso como administrar el dinero que entra. La deuda baja del 30 al 40 % y el proceso ronda los 15 meses. El club queda bloqueado; el presidente no pone un duro. Esa es la Ley Concursal. Por tanto, ¿si usted fuera Morales y necesitase dinero fresco, se interesaría por la ley concursal? Juzguen ustedes mismos.