La Premier toma la delantera

La Premier toma la delantera

Hay una liga que cuenta con tres de los mejores entrenadores del mundo, que ofrece variedad en el estilo de juego de sus principales equipos, que tiene jugadores de mucho valor. Es una competición en la que los más ricos son cada vez más ricos y se juegan entre ellos todos los títulos, pero que ha aprendido de los errores y, tras un duro proceso de amaestramiento, empieza a convertir dinero en éxito. Y nadie tiene más dinero que ellos. Es una liga que se sigue con pasión en la grada y que se juega de todo corazón, que hipnotiza al espectador neutral y que defiende algunos de los valores más perdurables de este juego.

No es nuestra Liga, es la inglesa, de la que estamos hablando aquí. La nuestra ha dado este año un paso atrás: no estamos tan mal como hace 15 años, pero deberíamos preocuparnos. El éxito en la UEFA sugiere que los problemas se encuentran entre la élite de nuestro fútbol. Se vio algo de eso en el partido de Mestalla, donde se cometió el error de la previa del partido contra Francia en el Mundial: el entorno del Valencia parecía excesiva y peligrosamente confiado. El Chelsea estaba mal, se decía, pero se olvidó que tenía jugadores de partidos grandes y una estructura defensiva que no depende del buen juego, sino de su estado físico.