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Los rivales directos nos vapulean

La interpretación que hace el presidente Cerezo no es descabellada, ni tampoco creo que tenga como finalidad desestabilizar a la plantilla. Coincido con él, como creo que muchos atléticos. Cuando nos hemos enfrentado con rivales directos para los puestos europeos, caso de Zaragoza o Sevilla, no hemos dado la talla. Puede ser cuestión de falta de ambición o de no terminar de creernos lo de Europa. Puede ser. Cuesta entender que únicamente seamos capaces de jugar diez minutos decentes en La Romareda en un partido absolutamente trascendental. El equipo es irregular en exceso. Y lo es porque depende de las genialidades de Torres y Agüero o de que Jurado, el único que da cierto sentido a nuestro centro del campo, tenga su día.

Y todos sabemos que no siempre uno está inspirado. Este Atlético, seamos sinceros, está clasificado demasiado arriba en la tabla, si tenemos en cuenta el pésimo juego que está practicando. No nos quejemos por lo tanto. El infortunio de las lesiones de Petrov y sobre todo de Maxi, así como la insolvencia de la zona medular, están lastrando a un equipo obligado a estar en Europa por muchas razones. Por su historia, por su espléndida afición y por la inversión que se ha hecho. No caben excusas. Si es cuestión de mentalización, Aguirre deberá de trabajar duro, ahora que empieza la fase decisiva del campeonato. Si hemos sido capaces de cuajar buenas actuaciones, no entiendo por qué nos movemos las más de las veces en la más ramplona mediocridad.