Comienza la aventura de dos ruedas
Puede que se pregunte algún escéptico: ¿aventura en un circuito de velocidad, con millones de espectadores y muchos más de dinero invertido; con multitud de ordenadores, sesudos ingenieros, representantes y altos ejecutivos revoloteando por el padock? Para aquellos que no crean posible que aventura y motos de competición puedan encajar en la misma frase podría citarles aquella de Apsley Cherry-Garrard, explorador polar y compañero de peripecias de Scott en la Antártida, que afirma que la aventura -polar en su caso- es la expresión física de una pasión intelectual. Porque, desde luego, pasión es lo que aflora sobre el asfalto del circuito cuando el semáforo se apaga y comienza la carrera. Atrás queda toda esa maraña de elementos tecnológicos y económicos y sólo importa la competición, la incertidumbre de las alternativas que nos deparan los talentos y la pericia de los pilotos enfrentados a velocidades de vértigo sobre sus poderosas monturas.
Esto de la incertidumbre es otro factor que nos permite hablar de aventura, de empresa incierta, cuando nos referimos al mundial de motos y no tanto en el caso de otros deportes del motor. Basta para demostrarlo la emocionante victoria, el pasado sábado en el gran premio de Qatar, de Fauvel en 125 c.c. saliendo en los últimos metros del rebufo de su contrincante para ganarle en la misma línea de meta. De nuevo, el factor humano volvió a ser decisivo. Sin olvidarnos, por supuesto, del riesgo cierto que entraña pilotar una de estas hermosas máquinas. Incertidumbre y pasión -aventura por tanto, y de la buena- parece que nos prometen también en Moto GP a juzgar por lo visto en el primer gran premio de la temporada.
Resulta estimulante tener de vuelta a un Rossi enrabietado y con ganas de demostrar que lo del año pasado fue una mala pasada urdida a medias por la fortuna y su cabeza entregada a otros sueños. Aunque, para nuestra fortuna, no lo tendrá fácil porque Pedrosa también parece estar en excelente forma y con ganas de demostrar que ya no es un novato en la categoría y que también tiene colmillos para luchar por el campeonato. Lástima que una Ducati montada por Stoner nos impidiera disfrutar de una nueva edición del duelo por la victoria entre ambos que comenzó en la pasada temporada. Esto no ha hecho más que comenzar y a buen seguro que Pedrosa tendrá la oportunidad de subir un buen puñado de veces al cajón más alto como cuando, hace un par de años nos dedicó su victoria que coincidió con nuestra ascensión a la cumbre del K2.