Más fútbol directo y menos tocar
Quince minutos horrorosos, los quince primeros del partido, condenaron al Atlético en Huelva. La campaña de los guantes azules, esto de llorar funciona siempre y Marcelino y los suyos se pasaron toda la semana llorando, dio como resultado dos penaltis en las dos primeras llegadas del Recre. Sinama metió uno y falló el otro. Y el Atlético estuvo medio tiempo desorientado, sin brújula, con los mismos defectos de toda la temporada, mucho toque para nada, y una ausencia que se hizo clamorosa durante: Luccin. De eso se dio cuenta hasta Aguirre y en la segunda parte colocó a Gabi en el centro del campo. Y el Atlético cambió y llegó más y tuvo oportunidades y hasta se mereció un mejor resultado. Pero le faltó gol, como ante el Madrid. Y suerte.
En la mejoría del Atlético no sólo influyó Gabi, sino también el cambio de actitud y de ritmo. El Atlético se olvidó ese rondo lento, insulso y aburrido que tanto nos desesperara a todos y se lanzó a hacer un fútbol directo. Y eso es lo que le funciona a este equipo. Si no sabes jugar al tiqui-tiqui, a tocar y tocar como el Barça, sáltate el medio del campo y busca al Niño Torres y al Kun Agüero de cualquier manera. Este Atlético está hecho para jugar a la bayoneta, y nada más. Cuando mejor luce el centro del campo del Atlético es cuando hay que lanzarse al abordaje y los partidos están en el filo de la navaja. Pero no les pidas que toquen y toquen, porque se lían y la pierden, y la defensa es una ruina y entonces te puede liquidar cualquiera en quince minutos como en Huelva.