Torres ha pasado su reválida
Gritó el gol como nunca, con desgarro, con rabia acumulada después de tanto esperar. Fue una explosión de júbilo atlética. ¡Por fin! El Niño Torres rompió una maldición que duraba demasiado tiempo y que no se merecía, porque el 9 del Atlético es un extraordinario futbolista, el símbolo de una afición colchonera que sufre con sus fallos y que disfruta con sus goles, y que siempre está a su lado cuando lo intenta todo y no le sale nada y cuando parece tocado por los ángeles y se inventa jugadas de genio del fútbol.
El Niño pasó la reválida que le quedaba. Se acabaron las bromitas. A Torres no le tiemblan las piernas ni ante el Real Madrid ni ante nadie, y tampoco desde el punto de penalti. Ya lo había avisado antes del clásico: "Si hay un penalti, lo tiro yo". No hizo falta, pero ahí queda eso. A este chico le sobra raza para tirar un penalti decisivo en el último minuto del derbi. Su golazo de anoche debió ser el que abriera una goleada rojiblanca. Lo mereció el Atlético. El Niño y Agüero fueron siempre una pesadilla. Y Jurado creció hasta su altura. La suerte y Daudén Ibáñez salvaron esta vez al Real Madrid de un KO espectacular. Pero queda mucha Liga todavía. Y el Atlético si juega como anoche tiene aún mucho que decir. Fernando Torres, además, se ha liberado con su gol y su sociedad con el Kun llevará al equipo muy arriba.