Benítez lo tenía mejor estudiado

Benítez lo tenía mejor estudiado

Cuando Steven Gerrard nos contaba que era un insulto creer que Ronaldinho estaba acabado, lo decía con toda la honestidad del mundo. Los ingleses suelen quedarse con lo legendario de las leyendas y olvidan fácilmente los borrones y las dudas. Prefieren pensar que el que llega al Olimpo del fútbol es perfecto y no muere nunca. Ni está en baja forma. Por eso a los medios les ha pillado de sorpresa la decepcionante actuación del Barcelona, de Ronnie y las controvertidas decisiones que tomó Frank Rijkaard antes y durante el encuentro. Pese a que había indicios suficientes que sugerían un Barcelona que sufre cuando no existen espacios y que siempre te da alguna opción en defensa, nadie quería creerlo del todo. Luego hay otra cosa.

Este Liverpool eficaz cuenta con la devoción de sus aficionados, pero también con cierto distanciamiento de la prensa nacional que no lo considera del todo suyo del modo como lo hizo en el pasado con el Manchester United o el Arsenal: demasiada eficacia, demasiado extranjero y un entrenador que no se emborracha con los periodistas como para, a priori, alinearse claramente con el Liverpool. Rafa Benítez tenía pensado desde hacía tiempo el planteamiento ante un Barcelona que conoce. Solamente la posición de Gerrard y la sorpresa de Arbeloa en el lateral izquierdo fueron decisiones más tardías. Sin querer hacer comparaciones odiosas, en Inglaterra se preguntan si Rijkaard dedicó el suficiente tiempo a pensar en el partido.