Yo digo J. J. Santos

El preso salva al verdugo

J.J.Santos
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En el tono habitual de mediocridad, el Real Madrid tuvo gol en Anoeta. Y lo tuvo porque Beckham acertó en una falta y cambió el rumbo de un partido que pintaba igual que los anteriores. Por cierto, Sr. Capello, hace menos de un mes, y para intentar desprestigiar al inglés, dijo que no recordaba si había metido un par de goles en tres años. Con el de ayer en Anoeta, son tres los que lleva en esta temporada. El reproche al técnico por su frivolidad a la hora de desestimar a jugadores de talla mundial no era gratuito. Las estadísticas no reflejan el grado de intimidación sobre el rival de esos futbolistas, pero existe. Maldita la gracia que le habrá hecho a David sacarle las castañas del fuego al que hasta ayer era su implacable verdugo.

La victoria de ayer puede que enmascare los defectos de un conjunto destartalado. Hoy juego con extremos, mañana sin ellos. Hoy meto en el equipo a Emerson, mañana a Diarra. Ahora Guti por la banda y más tarde de medio centro. De la posición de Raúl, mejor ni hablar, porque con eso de que es comodín, pillo y sacrificado, cada día aparece por un sitio. Esa es la planificación de este equipo y esas son las consecuencias. Pero en un discurso resultadista y plagado de mentiras, estos matices resultan insignificantes. Ante el penúltimo de la Liga, el Real Madrid sufrió de lo lindo y ganó defendiendo con diez hombres en el último cuarto de hora del encuentro. No hace falta decirlo en italiano para que se entienda.

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