Liverpool y la globalización
Habrá gente en Inglaterra y más allá que se escandalice ante la noticia de que un par de multimillonarios americanos se acaban de comprar el Liverpool, uno de los cinco o seis clubes de fútbol más míticos del mundo. Como también hubo los que reaccionaron con horror hace dos años y medio cuando Rafa Benitez se hizo cargo del equipo, y lo empezó a llenar de españoles.
Pero como la ola globalizadora es imparable o, como dijo una vez Nelson Mandela, "tan inevitable como el invierno", lo mejor es adaptarse a lo que hay y procurar sacarle el máximo provecho posible. Empezando por exigir a los nuevo amos extranjeros lo que siempre se le ha exigido a los nativos. Trabajar con ambición, entusiasmo, dignidad y sensatez. Y respetar la imagen y la tradición del club. Eso es lo que ha hecho Rafa desde que llegó al Liverpool. Eso es lo que parece que quieren hacer los dos señores mayores americanos que desde ayer le pagarán el sueldo. Empezaron bien, siendo yanquis, al declarar que el fútbol es EL gran deporte del mundo y reconociendo el enorme privilegio que sienten al asumir las riendas de un club con una historia tan rica.