Woody y el Saqueo de Roma
La devastación a que la directiva del Madrid está sometiendo a su propio club recuerda a la caída del imperio romano. Esto es más que mera incompetencia. Esto es demencial. La venta ayer de Woodgate al Middlesbrough lo ha confirmado. Lo que motiva a los que están destruyendo el mejor club del siglo XX es lo mismo que motivó a los bárbaros del siglo V. Un odio tan enfermizo hacia el antiguo régimen que la única forma de curarlo es la aniquilación. Todo lo que Florentino construyó, y todo lo que estaba asociado con su mandato, hay que borrarlo de la faz de la tierra. Ganó mucho dinero; pues a tirarlo. Se rodeó de jugadores estrella; pues a traer viejos sin encanto y jóvenes desconocidos. Fomentó la antigua imagen de señor pues a portarnos todos como hooligans. Le encantaba Ronaldo, pues al garete con él. Amó a Beckham, pues a humillarle. Fichó a Woodgate, pues fuera
Lo de Woody es una broma de mal gusto. O el último coletazo rabioso de un animal herido de muerte. El único problema que tuvo en el Madrid fue que nunca se recuperaba de las lesiones. Nunca supimos si era verdad lo que decían en Inglaterra, que era un gran central. Pues ahora lo sabemos. Se ha ido cedido al Middlesbrough y ha jugado toda la temporada, dos veces por semana. Tan bien, además, que esta semana se le ha convocado para jugar en la selección inglesa contra España. Ergo (como dirían los romanos), ¡momento idóneo para venderlo! ¡Qué salvajada! ¡Qué locura!