La maldición de Osasuna debe acabar cuanto antes
Con la excepción del Madrid, casi nadie nos ha humillado tanto como Osasuna. Los datos son desoladores. Sólo hemos podido ganarles una vez de las últimas doce. Este equipo es imprevisible, salvo para alimentar ciertas y perniciosas estadísticas. Y lo peor es que no han sido derrotas intrascendentes. Me duele sobremanera la derrota que nos infligieron aquel día tan señalado e ilusionante del centenario. Recuerdo que no es la primera vez que nos eliminan de la Copa y me viene también a la cabeza que fueron ellos los que rompieron la racha de victorias de la pasada Liga con Pepe Murcia en el banquillo. Esa racha se fue al traste con la lesión de Maxi y, por supuesto, con la visita al antiguo Sadar, lo que suele ser sinónimo de derrota segura.
Osasuna es un equipo verdaderamente maldito para nosotros. Ya sea con nuestro actual técnico o con Ziganda, ha construido una filosofía de bloque compacto al que nos resulta muy difícil batir. Confiemos en que Aguirre, al que tanto esta costando articular un once mínimamente estable, haya aprendido la severa lección que recibió en el Reyno de Navarra.