Ante un bochorno histórico
Se supone que en la cúpula del Real Madrid no lo entienden, pero si es verdad que están a punto de echar a Ronaldo del club, culpándole de todos los males del equipo, se van a marcar un autogol histórico. Mancharán la imagen del club para siempre. Permitan que me explique. El Real Madrid fue elegido el mejor club del siglo veinte por la FIFA no sólo por sus triunfos europeos sino porque se convirtió en sinónimo en el mundo entero del buen gusto, la clase, la elegancia y la generosidad. Dentro de España sabemos que, a principios de temporada y después de tres años de glamurosa sequía, se resolvió sacrificar estos valores ante el altar del resultadismo. Sin embargo, la imagen mundial del club no ha sido afectada, todavía, por lo que muchos querrán entender como un cambio de filosofía meramente circunstancial.
Otra cosa sería la consecuencia de la cruel e injusta decisión de culpar a Ronaldo de los fracasos acumulados por el resultadismo. (Perdón, pero Raúl -cuya magnífica trayectoria nunca dejaremos de admirar- ¿no ha jugado esta temporada cuatro veces más minutos que el delantero brasileño?). Culpar a Ronaldo de una manera tan groseramente pública, tirarlo a la calle como si fuera un perro pulgoso, significaría un antes y un después en la historia de este gran club. Porque Ronaldo ha sido un jugador fabuloso, uno de los más grandes que ha habido en todos los tiempos. Encarna, como muy pocos, aquellos valores que han definido al Madrid. Echarlo de la manera que aparentemente se contempla sería lanzar al mundo un mensaje tan revolucionario como atroz: ahora desdeñamos el buen gusto, la clase, la elegancia y la generosidad. Y desde ese momento en adelante el Real Madrid sería recordado como el club que premió a Fabio Capello y despreció a Ronaldo. Es decir, como el campeón mundial del mal gusto y la mezquindad.