El riesgo para el Atleti es no arriesgarse
Todos los jugadores del Atlético han vuelto de vacaciones en su peso y en su fecha. Curioso cómo en el fútbol, a menudo, lo normal es un milagro. Al pleno rojiblanco ayuda sin duda que sus efectivos son tan escasos que tendría mérito perder alguno, cual Chencho en la Plaza Mayor. Gordos o delgados, el Atleti está en cuadro y mañana la situación ronda la tragedia. De hecho, Aguirre tiene casi decidido darle la titularidad en el doble pivote a Pollo, uno más en el filial, antepenúltimo en Segunda B. Sin faltar, uno se pregunta si hay ocasión mejor para probar la pareja Gabi-Jurado que ante el colista. En serio, si a los técnicos les dieran a elegir entre su mujer y su pivote defensivo estarían todos divorciados.
El Atleti envía mensajes contradictorios para un aspirante a la Champions. Esta vez, fichar en enero no es un capricho, es una necesidad evidente: no hay gente y cualquier día sorteará entre los espectadores un sitio en el once. Sin embargo, se estropeó lo de Quaresma y cada vez es más probable que no llegue nadie. Entiendo que no se quiera fichar de manera precipitada, pero este año es demasiado importante como para andar con parches, rezando para que Maxi y Petrov vuelvan pronto y como motos. No sé, por mucha Navidad que sea, mejor gastarse los 16 millones de Quaresma en un refuerzo de garantías (yo con ese presupuesto acierto hasta con el regalo de Reyes de mi novia) que esperar una estrella brillante que nos guié a buen puerto.