El Santo Grial Olímpico
Dicen que el Santo Grial existe, pero nadie lo ha visto. Pasan los años, los siglos sin encontrarlo y a pesar de todo su búsqueda no cesa. Generaciones de sabios, religiosos, científicos y aventureros aplican su tiempo y sus fuerzas al hallazgo de un objeto tan sagrado como escurridizo. La antorcha olímpica de Helsinki de 1952 no es que sea el Santo Grial, pero en términos deportivos se le asemeja mucho. Según parece sólo hay escasos ejemplares en todo el mundo y no de todos se conoce su paradero.
Hace unos días y después de muchos años, milagrosamente apareció una en una subasta internacional y alguien se la llevó por 120.000 euros, precio infinitamente superior al de las demás antorchas existentes.
Nuestra Fundación llegó tarde al conocimiento de la subasta, aunque de todas formas no podría haber ofertado por falta de medios. Es la única antorcha que falta en su colección compuesta de 15 de las 16 que han sido emitidas desde los Juegos Olímpicos disputados en Berlín en 1936. Ahora, aunque un poco tarde, la situación ha cambiado. Ahora tenemos amigos e instituciones dispuestas a colaborar en la consecución del preciado Santo Grial deportivo. Con ello, la Fundación sería una de las pocas instituciones en el mundo en poseer la colección completa de antorchas olímpicas originales.