El mejor calmante para el club
Acierta Ana Urkijo cuando se sincera para AS y reconoce que hay gente a la que molesta su acceso a la presidencia del Athletic. Es una realidad en Bilbao, que atiende quizás a una pura cuestión de celos, porque ella no ha buscado el puesto. Eso no quita para que uno, en este caso una, se sienta orgullosa de tal privilegio, que no sólo da para estar retratada en un cuadro en las paredes de Ibaigane. Y le coja gusto. Y le tiente seguir. No nos engañemos, han corrido un gran riesgo. Esta directiva, mermada en gente de peso tras la coherente dimisión de Lamikiz, no ha tenido un camino de rosas. Quizás el hecho de que una mujer esté en el cargo haya apaciguado los ánimos, haya sido el mejor calmante. Pero hasta no llegar Mané, el Athletic ha sido manejado al antojo por políticos, aspirantes al sillón y pescadores en río revuelto. En el fútbol, sólo el gol calma a las fieras. Habrá quien piense que la presi se ha apuntado a vocal de la Federación para figurar. No, el Athletic siempre tiene que estar ahí, por historia, por dimensión.
El simple hecho de que sea una mujer confunde a algunos. El balón no deja de ser redondo. No está sola, ni en Ibaigane ni por la calle, donde ya ha perdido el anonimato. Y se está tragando, sin decir lo que piensa, todo un debate sobre la filosofía rojiblanca que partió de una carta del responsable de la Diputación, con la que negociaba una aportación de dos millones al año. Tal lío con el equipo en la cola. Y claro, ha vuelto a fumar, aunque dice que lo dejará. Suerte.
Fe de errores: Este artículo debió publicarse ayer junto a la entrevista a Ana Urkijo y no salió por un error de edición en Madrid.