Con aparejo no se pescan tiburones
La Liga Nacional de Fútbol Sala organizó ayer una mesa redonda para conocer la percepción que tiene la prensa del fútbol sala y su expansión. Loable iniciativa de una entidad que en tres lustros ha alcanzado la dimensión de otras competiciones cincuentenarias. Al fútbol chico le aquejan los mismos males que a sus primos del balonmano, tenis, rugby, e incluso al baloncesto, o mejor dicho a la ACB. Las audiencias caen, salen de las mejores franjas horarias y los pabellones no se llenan. Y todo siendo bicampeones del mundo, tarjeta de visita que no tienen otros deportes. Les preocupa no tener un Raúl. Hace mal el fútbol sala entrando en el cuerpo a cuerpo con el fútbol porque Ava Gadner sólo hubo una. Tampoco deberían escarbar buscando nadales y alonsos.
La mesa abrió el abánico de opciones a explotar. Enrique Ortego apuntó escenarios como las televisiones temáticas y regionales. La2 es un gran señuelo para los sponsors, pero no se pescan tiburones con aparejo. Primero los clubes deben pescar en la orilla, articularse, llenar los pabellones, llegar a la gente y "mirarles a los ojos". Se pidió "cariño" en las retransmisiones, ese que da Tele 5 a la Fórmula 1. Televisión didáctica que entretiene y enseña. Y se habló de share, enfermedad que ha llenado de corbatas la cancha pariendo reglas que frenan el espectáculo (no la audiencia, argumentan). Aunque "hay mentiras, mentiras cochinas y mentiras estadísticas". Alguien concluyó: "El fútbol sala es un deporte de futuro". La LNFS escucha, no sólo oye. Algo hemos pescado ya.