Jugando la carta de los veteranos

Miraba la alineación titular y comprobé que nueve de los once titulares del Madrid tenían 30 años o rozaban esa edad. Sólo bajaban la media Ramos y Casillas. Capello optaba por la veteranía para un partido presumiblemente bravo. Eso garantizaba control y templanza a cambio de frescura y velocidad. Porque si Beckham, Roberto Carlos y Ronaldo vuelven por sus fueros, Salgado, Emerson o Cannavaro no están para tirar cohetes. Tampoco Guti, al que le pesa la inactividad. El planteamiento a la italiana del Madrid contagió al Sevilla. Perdió el espectáculo y ganó el famoso pizarrón de los que ponen de los nervios cuando los jugadores se saltan el guión.

Mención especial para Raúl. Si hace unos días destacábamos la profesionalidad de Beckham para aceptar su suplencia, hoy tenemos que significar el espíritu de sacrificio del capitán merengue, abocado a tareas defensivas de falso lateral en la banda izquierda. Pero en esas circunstancias, los pequeños detalles pueden decidir. Uno de ellos fue el ejemplar empuje de la grada. El público sevillano lleva meses aupando en volandas a un grupo con hambre de triunfos. Otro fue el inconformismo de los locales según avanzaba el cronómetro. Mientras el rival miraba con complacencia el empate, los de Juande querían más. Cuando reaccionó Fabio ya era tarde. Robinho y Reyes no han nacido para apagar fuegos in extremis. En fútbol nunca se debe despreciar el atrevimiento.