Vieja escuela y consenso

Flotaba un ambiente especial ayer en Lezama. No se vivió el colapso que provocó Clemente a su regreso, apasionado y colorista. La de entonces fue una especie de súplica para la salvación. Mané congregó a un núcleo importante de aficionados con la cabeza gacha, alucinados ante el derrumbe y la falta de soluciones del actual Athletic. Fue asomar el bigote por las escaleras que dan acceso al campo y cambiarles la cara. Regresó la vieja escuela, con mucha mano. El técnico se dio prisa para preparar el clásico del Bernabéu, porque no quiere que el efecto revulsivo quede difuminado ya desde Madrid. Sabe que la verdadera Liga empieza ante el Recreativo, pero no hay que descartar una sorpresa. Dejó hacer a sus chicos en las jugadas de estrategia y luego les corrigió. Partidillo a todo el campo con el once, fútbol de verdad, interrupciones... Los espectadores se fueron mucho más animados para casa. Falta hacía.

Todos los esfuerzos por salvar al Athletic serán pocos y después de que se acabe este mal sueño deberá llegar un momento para la reflexión, para la unión de estamentos e ideas. ¿Qué tal una candidatura de consenso para las siguientes elecciones? Resulta muy complicado unir ante tanto río revuelto, con el negocio del nuevo San Mamés a la vuelta de la esquina, pero es el momento de hacer de tripas corazón. ¿Hacia dónde va este club? ¿Qué tecla hay que apretar para ser como antes? Harán falta ejercicios de reflexión, autocrítica y soluciones originales.