Guti y el término medio

Seguimos teniendo de él una imagen de atolondramiento, achacable a la juventud, pero acaba de cumplir los 30. Ayer se quejaba de que no hay término medio a la hora de juzgarle. Cierto. ¿No se ha preguntado que puede ser producto de su forma de comportarse? La reflexión no es una de sus virtudes. La vehemencia jugando le cuesta tarjetas rojas cuando suelta tarascadas innecesarias, y hablando le reporta enemigos cuando se le calienta la boca. Ayer se gustó disertando sobre Luis y los periodistas, dos de sus temas recurrentes. Lo hacía desde la felicidad, tras asegurarse su jubilación.

No hubo derrotes contra la Prensa la pasada semana, cuando sus próximos filtraron que existían problemas con su renovación, cuando esos mismos decían que era una lástima que no se valoraran sus muchos años de servicio. Tampoco le oí hablar de Luis con tanta acritud cuando debutó el seleccionador y dejó entrever que Guti entraba en sus planes. El futbolista es egoísta por naturaleza, pero existen casos extremos. Ahora dice que Capello le mima y le comprende. No olvidemos que el italiano tiene por delante tres años de contrato, casi los mismos que Guti antes de retirarse...