A Capello le sonríe la sonrisa

Noche redonda para el Madrid, noche perfecta para Capello. Su equipo no quedó primero grupo, algo que casi suplicaba el italiano en la víspera. A él, que es un tío atrevido, le da igual emparejarse con un primero y jugar el segundo partido de octavos fuera. ¡Ahí, con un par, Fabio! Noche donde intervino poco Casillas, ese porterito al que tanto admira su entrenador. Partido para reafirmar la solidez defensiva del Madrid. Bueno, Carew hizo un tanto y fabricó otras cuatro jugadas de gol pero, ¿qué es eso? Encuentro para reafirmar el cariño que el Bernabéu le tiene a Emerson.

Ylo mejor. La fortuna sigue echándole una manita al italiano. Por momentos pareció que aquello iba a acabar en goleada. Hasta el árbitro y un topo pudieron darle la victoria en el último suspiro. El topo asomando la cabeza para que Van Nistelrooy pifiara un disparo en la frontal y el colegiado pitando un penalti inexistente porque confundió al topo con una patada del defensa. Como el choque acabó en empate, da un poco de apuro parafrasear al alcalde de Bilbao, que hace un par de meses dijo que el Athletic no jugaba ni a tabas. El Madrid se esfuerza, marca de vez en cuando a balón parado y pone voluntad. Lo dicho, segundos de grupo y objetivo cumplido.