Una insignia que agravia a otras

Que Blatter sea del Madrid desde pequeñito o que el equipo de su pueblo vista de blanco en honor al club que hizo grande Di Stéfano, está bien pero no añade merecimientos para recibir la insignia de oro y brillantes. No soy tan ingenuo como para pensar que esas minucias le han hecho acreedor a tal galardón. Tampoco su discutible labor al frente de la FIFA. La nueva política de Calderón es que hay que llevarse bien con los poderosos. En esa lista ha incluido a la Federación con Villar al frente, que ya es el colmo. Antes se pensaba que el poderoso era el Madrid y que no hacían falta politiqueos. El tiempo juzgará cuál era la forma más acertada de manejarse.

Lo que no tiene un pase es que gente con tanta dureza facial como Blatter sea elevada a los altares. Me da igual su edad o su trayectoria como secretario general y como presidente de la FIFA. ¿Qué ha hecho Sepp, como le conocen sus amigos, por el Madrid en los últimos seis lustros? ¿Qué ha hecho por nuestra selección? ¿Hemos olvidado la jugada sucia para que los coreanos estuvieran en las semifinales del Mundial 2002? Seguro que Camacho no. ¿Ignoramos las amenazas a clubes nuestros cuando han recurrido a la justicia ordinaria? ¿Es lícito que Blatter lleve la misma insignia que Paco Gento?