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Aguirre debe quemar su pizarra

Partido horroroso y un Atlético que se supera a sí mismo. Nos demuestra jornada a jornada que todavía se puede jugar peor. Aguirre se ha echado en manos del trivote, una coraza en el mediocampo, preparada para destruir y muy poco para construir. El Atlético hizo una exhibición en el primer tiempo de cómo jugar sin mirar la portería contraria. La acorazada se dedicaba a tocar de un lado a otro del campo o, si no, hacia atrás. Todo, menos perder el balón o arriesgarlo, o echarle imaginación. ¿El Kun? Bien, gracias, sentado en el banquillo. ¿Por qué? Cosas de Aguirre. Los entrenadores son así de geniales. Tan mal debió ver las cosas el mexicano que nos lo puso en el campo al principio del segundo tiempo y no en el minuto setenta, como en los últimos partidos. Y las dos o tres veces que le llegó el balón al Kun, recordamos que eso era fútbol y que es un deporte divertido y espectacular, y que de lo que se trata es de meter gol y no de pasar el rato moviendo la pelota sin ton ni son.

Yo le aconsejaría a Aguirre que se baje de esa moto del trivote. Eso no funciona. A este equipo le faltan chispa, fútbol y gol. Por eso es una herejía dejar sentado al Kun Agüero, porque no hay otro clavo al que agarrarse cuando al Niño Torres no le sale nada como ahora. Y Aguirre tendrá que empezar a pensar para que trajo el Atlético a Jurado, que parece otro tipo capaz de construir fútbol. Y eso es lo que necesita el Atlético. Aguirre debería quemar cuanto antes su pizarra y empezar de cero. Todavía está a tiempo.