Tres cuartas partes de lo de Gurpegi
De acuerdo que el jugador haya metido la pata hasta el fondo. De acuerdo que el Athletic no tuviese la precaución necesaria para darse cuenta de que el acuerdo entre su intermediario y los antiguos rectores de la Real (los que salieron por piernas intentando tachar números por todas partes) podía quedar en papel mojado. De acuerdo que, en caliente, el cuerpo pida a Fuentes y compañía llegar hasta el final, intentando cantar bingo en vez de línea con la última bola. Pero la decisión de la Real de recurrir no es precisamente un dechado de compasión, porque bien sabe que tiene muy complicado añadir un solo euro a esa indemnización. La realidad es que el lateral lleva ya 19 meses esposado, pagando por su pecado. Nada menos que tres cuartas partes de lo que debe cumplir Carlos Gurpegi.
Cómo está el fútbol para que un chaval de la cantera con un sueldo modesto se exponga a arruinar no sólo su carrera, sino su vida. El tema de la proporcionalidad de las cláusulas de rescisión con respecto a la ficha debería ser abordado por los futbolistas, que en todo este asunto se han lavado las manos. En este caso es un agravante el hecho de que la Real sea una significada defensora del jugador de la casa. Sí, fue traicionada, pero como el jugador por ella.