Presumo un invierno muy duro

Pasada la efervescencia del ataque de autoestima que se produjo tras el batacazo de Getafe, las aguas vuelven ahora a su cauce. Existe cierta resignación entre jugadores y afición de que esto es lo que hay. Y lo que hay es mucha brega, rigidez en el esquema táctico, poco fútbol, ocasiones de gol a balón parado y excesivo pragmatismo. La noche era propicia para darse un homenaje ante un equipo rumano entusiasta, pero este Madrid no está concebido para festejos. Los únicos que se lo pasaron bien fueron los quince mil rumanos, casi todos inmigrantes, que por unas horas mitigaron su dura jornada laboral. Incluso hubo momentos en los que creyeron ver al gran Steaua de mediados de los ochenta. Falso.

Nicolita, un pétreo delantero con más fama que maneras, pasará a la historia por haber marcado en el Santiago Bernabéu. Lo hizo en su propia puerta pero eso da casi igual, visto lo visto. Gracias a él y a ese gol aparcaremos una semana más algunos debates abiertos. Porque, sin paños calientes, ¿qué pinta Emerson en el Real Madrid? Por mucho menos se le cuestionó durante un año entero a Beckham. Y, sinceramente, cambio mil veces al futbolista inglés por el brasileño, incluso para jugar en ese puesto de mediocentro. Ya va siendo hora también de cuestionar el papel de náufrago de Van Nistelrooy. ¿Mejor que Ronaldo? Es muy de Capello aguantar a los que él trae a un equipo. El invierno se echa encima y se avecina duro, muy duro.