Esperando que venga Mr. Marshall
Indianápolis (Mundobasket), Atenas (Juegos Olímpicos), Japón (Mundobasket)... Había múltiples evidencias de que el baloncesto FIBA estaba ya muy cerca del nivel NBA, y se han ratificado en la reciente gira europea de equipos norteamericanos, derrotados en Barcelona y Moscú. La Euroliga actual, que llega a su séptima edición, es un producto con potencial deportivo, económico y mediático de primer nivel. Reúne las condiciones idóneas para ser la NBA europea. Y, no obstante...
No obstante, seguimos regando el huerto con primor y esmero, a la espera de que Mr. Marshall, el amigo americano, recoja las lechugas. En cuanto el astuto David Stern ha insinuado que puede haber una división europea de la NBA, los presidentes de nuestros clubes se atropellan solicitando puesto en la cola. Algunos, como Ramón Calderón, han contratado ya un embajador (Divac) para que engrase las relaciones diplomáticas. Dos preguntas: ¿Sabe el señor Calderón que Gasol gana más que Ronaldo? ¿Ha preguntado a sus socios si admitirían mayor presupuesto en baloncesto que en fútbol? Y una opinión: si además de jugadores les damos el negocio somos tontos.