Madrid ha adoptado a Rafa Nadal
Es perfecto, el deportista 10. Controla el juego, tiene golpes portentosos y una potencia descomunal en los brazos. Encima lucha como un gladiador y jamás desfallece. Por eso llega a bolas imposibles y sobrevive en los momentos más difíciles. Cuando más le obligan, Nadal juega mejor, se supera a sí mismo, da la impresión de que no tiene límites. Madrid, que ha construido un supertorneo de tenis en cinco ediciones, necesitaba un ídolo, un campeón de casa. Ya lo ha encontrado.El Arena enloquece con Nadal. Hasta ahora era una pasarela donde de vez en cuando se veía tenis. Ahora todo el mundo pregunta la hora a la que juega Rafa. Nadie se lo quiere perder. Madrid empuja estos días a Nadal a ser un poco más grande. Y este chico se siente en el Arena como en casa. Ha sido un flechazo mutuo, que se inició el año pasado con su magnífica victoria en la final con Ljubicic. Y este año Rafa se ha agigantado. Está pegando un revés soberbio, inapelable. Y su saque empieza a tener la consistencia que necesita en estas pistas rápidas. Nunca será un cañonero como los que estamos viendo aquí, pero está acortando las distancias. Rafa abatió ayer con facilidad a Haas y el idilio con Madrid continúa. Esta ciudad de las mil obras, con sueños olímpicos, ha adoptado como campeón a este guerrero indomable, que ya es nuestro chico 10.