Normalidad: una cosa tan rara...
Si fuera todo más normal, si sacaran la política del balón seguramente los futbolistas vascos tendrían la oportunidad de jugar con su selección partidos internacionales..." se lamentaba, José Ángel Iríbar, el mítico Chopo que jugó 49 veces con la Selección española, en una entrevista concedida a El País. Sorprende esta reflexión del seleccionador de Euskadi horas antes del partido entre las selecciones del País Vasco y Cataluña y en el que las gradas se convirtieron en un foro de diversas reivindicaciones que sólo un marciano recién aterrizado no calificaría de políticas. La asociación, cuando no instrumentación del deporte por parte de la política, es tan vieja como el propio deporte. En el mundo del alpinismo y de la aventura en general este maridaje ha dado como resultado unos cuantos éxitos sonados y muchas más estupideces y hasta tragedias.
En la primera mitad del siglo XX una fiebre nacionalista infectó las altas montañas y algunas quedaron "asignadas" a ciertos países. El afán por subir la bandera patria a una gran cima convirtió, por ejemplo, al Nanga Parbat en un cementerio de alpinistas germanos enviados por los nazis. Así que merece la pena recordar. Desde luego Iríbar fue uno de esos héroes legendarios de mi adolescencia, un deportista que encarnaba esos valores que todos admiramos. Era uno de esos vascos callado, fuerte, buen deportista y buena persona, uno de esos mitos que te acompañan a medida que creces. Por eso me he entristecido leyendo sus declaraciones. Supongo que Iríbar no tiene buena memoria y cuando dice que nos olvidemos de la política se refiere sólo a cualquier otra que no sea la suya, es decir la del nacionalismo vasco. Y cuando dice que se le quitaban las ganas de ir la Selección cada vez que algún ministro le echaba un discurso fascista, sin duda no oye lo que ahora mismo dicen sus consejeros. No se puede tener dos varas de medir, ni esconder la cabeza cuando se persigue a otros, simplemente porque esos no sean de los "nuestros". Desde luego, habrá que estar de acuerdo con el Chopo con que si fuera todo más normal, a estas alturas del partido, el deporte no debiera ser más que eso, una actividad lúdica y sana o un espectáculo con el que disfrutar todos, participantes y espectadores. Debería decírselo a los que le han colocado en su puesto. Pero como ya nos ha explicado tantas veces Juan José Millás en sus columnas, la normalidad es una cosa más bien rara. Y en deporte, no digamos.
Sebastián Álvaro es el director de Al Filo de lo Imposible de TVE.