Capello sonríe tras la tregua

Me sorprendió ver tan dicharachero a Fabio en la rueda de Prensa. Será que las cosas marchan como él quiere. Al fin y al cabo sólo le quedan por resolver pequeñas cuestiones: el molesto problema de Emerson, la suplencia de Beckham, la vuelta de Ronaldo, el bajo estado de forma de Cannavaro y la ubicación de Raúl. Si Fabio sonríe será porque tiene bajo control todo. Pidió cincuenta días de árnica porque sabía que en ese tiempo encajarían las piezas. No se puede quejar, casi todos hemos respetado la tregua. Me he hartado de pedir paciencia. ¿Sacamos ya otra vara de medir en Getafe? Igual es precipitado.

Han sido colegas suyos los que le han hostigado. El último, Schuster. Muchos siguen sin confiar en que dentro de cien días el Madrid juegue bien. Yo tampoco. Pero no creo que los responsables del club dibujaran un panorama distinto cuando lo contrataron. El debate sobre su fútbol continuará, con o sin títulos. Además, las partes coinciden en intereses: el Madrid necesita resultados a corto plazo y Capello apura sus últimos años. Cuanto antes lo hagan, mejor. El mayor halago que puede recibir el italiano es que el guión se está cumpliendo.