Poco fútbol, cariño y topos

Luis no podrá agradecer suficientemente el apoyo recibido en Murcia durante tres días. Mientras las encuestas le enterraban en vida como seleccionador, los hinchas murcianos le regalaban todo tipo de piropos. Había que verlo para creerlo. Además, por fin llegaba un amistoso digno de los paladares con gusto. Pero la felicidad no puede ser nunca completa. Una vez más se demostró que el enemigo está en casa. ¿Quién supervisó el estado del terreno de juego? ¿Paga favores Villar con el partido de ayer en la Nueva Condomina? Desconozco los detalles pero sé que ni Murcia ni la Selección merecen un campo así para jugar contra Argentina.

Arruinado el espectáculo por los topos y constatado el ejemplar y entusiasta fervor de la afición murciana, poco más quedaba por ver. Cualquier análisis que queramos hacer resulta gratuito porque los jugadores bastante tenían con mantenerse en pie. Si acaso constatar que, a falta de bandas, Luis fio su suerte a los destellos de Iniesta. Le salió bien pero nunca dimos sensación de saber a qué jugábamos. Un fogonazo por aquí, otro por allá, un par de sustos de una defensa que sigue regalando en exceso Estamos como estábamos. ¿Y Luis? ¿Cómo está Luis? Presumo que hasta el gorro. Sin quererlo, se ha convertido en el escudo perfecto de Villar.