Este Madrid tiene hambre

Nada que ver este Madrid de baloncesto con el de la pasada temporada. A este equipo se le ve con hambre de victoria, con ambición y, lo que es mejor para el espectáculo, con fantasía, que la calidad no está reñida con el trabajo. Es un equipo con bases, en plural, con aleros y con pívots que juegan debajo del aro. Ha vuelto la sensatez y, sobre todo, la cordura en los fichajes. Resulta que los nuevos jugadores que se han incorporado, sin ser grandes estrellas, lo hacen pero que muy bien. Esto debería ser lo normal. En el Madrid y en cualquier otro equipo, pero tantos despropósitos cometidos nos habían llegado a confundir, que gente sabia y con criterio llegaron a defender a Fisher y a calificar a Rakocevic de jugador excepcional.

Ahora en el Madrid resulta que todos juegan y todos lo hacen bien. Bullock y Smith recrean las genialidades de Sergio y Rudy en la Selección, y Varda es todo un descubrimiento. Hay competencia en el propio equipo y camaradería para disfrutar cuando el viento sopla a favor. Ayer sopló tres cuartas partes del partido. Y no era fácil. Enfrente estaba el Unicaja campeón y reforzado con fichajes estelares a decir de los entendidos: Welsch y Lorbek. Pues nos quedamos sin verles. Un equipo de jugadores comprometidos y dirigidos por un técnico con sentido común les eclipsó. No es mala noticia para el baloncesto la recuperación del Madrid. Si es a costa del Unicaja, el mal es menor. También el año pasado comenzó con derrota y luego...