Comparar a Maxi con Reyes es como para quitarte el carnet para toda la vida. Deberían colocarte en la lista de elementos a los que se les impide la entrada en un campo por su mal gusto futbolístico. Roncero, gracias a tu amigo Calderón, el Atlético tiene en su bolsillo los dos millones de euros que el jugador tiene que pagar como penalización del incumplimiento de contrato que firmó con nosotros. Este favor lo agradecemos los aficionados colchoneros, ya que nos han prometido una merendola para disfrutar del partidazo que vamos hacer en vuestra casa. La Fiera ya enseñó sus garras en el Mundial, con un gol maravilloso que por el Bernabéu solamente se puede ver en vídeo. Por Maxi, el Inter nos puso un cheque en blanco y fue el chaval el primero que lo rechazó ya que está encantado con el trato que le dispensamos. Lo mismo que sucede con Ronaldo, que está cansado de meter goles y que le silben. El argentino sabe moverse por toda la delantera y como segundo punta es un auténtico lujo. Tomás sigues sin enterarte de que en la vida hay gente que no tiene el dinero como una prioridad.

En el fondo toda tu verborrea se reduce a los dodotis que te vas a comprar. El potencial de Torres, Agüero, Maxi y Petrov es la peor de tus pesadillas y dejarán al descubierto las vergüenzas de un proyecto que tiene como principal virtud aburrir al personal. Ni siquiera respetas a esos aficionados blancos que te quieren e idolatran. No me apetece mucho seguir con el debate de Reyes, ya que mi valoración de este mundo está en planos superiores a la tuya. Maxi es un fuera de serie. Un todoterreno que deslumbró en el Mundial y un líder tanto fuera como dentro del campo. Ahora es el padre del Kun, lo que no le sucedió a Robinho cuando llegó a Madrid. Menos multinacionales y más peloteros de raza y coraje.