División al canto pase lo que pase
La crisis institucional del Athletic no se detendrá hoy. Ya nadie puede asegurar que la marcha de Lamikiz aliviaría el asunto, porque la amenaza de dimisiones está en los dos lados. Si sigue el presidente, cerca de media docena de directivos dirá probablemente basta. Si le 'obligan' a dimitir, le acompañará gente de sobra como para convocar ya elecciones. Al menos, eso se dejó sentir ayer en las siete horas y media de diálogo a calzón quitado, con voces elevadas en ciertos momentos. La junta de Lamikiz, que pese a la cantidad de episodios difíciles ha dado ejemplo de unión y apoyo a su presidente, cruje en el momento más delicado de la entidad en muchos años. Y esa imagen, a un día de dar la cara ante los socios en la Asamblea General, no hace sino agravar la situación.
El consenso se antoja imposible salvo que alguien saque hoy un as de la manga. Algunos han confundido incluso las ganas de Ana Urkijo de infundir optimismo con afán de protagonismo. El club, inestable institucional y deportivamente, corre peligro de tirar por tierra ante sus socios la notable gestión económica de estos dos años. Y el sábado, de postre, llega a San Mamés el Barça. ¿Se mirará más al palco que al verde? Una pena.