Seguir no les merece la pena
A Fernando Lamikiz se le terminó de derribar el domingo el castillo de naipes, la ilusión de su vida. San Mamés a coro exigió su dimisión, algo muy duro para alguien que siempre había soñado con ser presidente del Athletic. Tenía experiencia para hacerlo bien, pero no supo manejar el club. Sobre todo, deportivamente. Recogió un proyecto con buena pinta en el campo y mala en lo económico, con desmesuras muy caras. En lo que se refiere al verde, apenas ha dado una a derechas. Ni siquiera acertó fichando a Clemente, quien le salvó del descenso. Porque su contratación ha vuelto a dividir y no supo darle una salida a tiempo. El rescate de Aduriz, la solución del caso Llorente y esperemos que la contratación de Javi Martínez son sus mejores herencias. Lo de Zubiaurre aún no me lo explico.
El proyecto del nuevo campo está rodado, hay un buen contrato de televisión, se vendió a Del Horno por un dineral que, bien administrado, debe cundir. Las cuentas salen, pero las del dinero, porque las de los puntos no. A Lamikiz y su junta no les merece la pena seguir. Para dejar el palco entre insultos es mejor estar en casa. Ahora espera la enésima revolución.