UEFA, una competición para crecer
El fútbol continental tiene unas estructuras muy jerarquizadas en las que aparecen arriba los clubes que participan en la Champions League, un escalón inferior en el que se coloca el batallón que disputa la Copa de la UEFA y otro, último, de aspirantes de clase media-bajaº a entrar en Europa por la gatera de la Copa Intertoto. Visto así, la Copa de la UEFA se presenta como una competición propicia para clubes que están inmersos en un período de crecimiento. El mejor ejemplo de ello es el Sevilla, el vigente campeón y una de las sensaciones en los últimos tiempos. Todo partió hace dos campañas con la decepción por no meterse en la principal competición europea, en la que habría estado abocado a desempeñar un papel secundario.
Pero el destino le aguardaba una alegría en forma de título de la Copa de la UEFA, que ha servido como un definitivo trampolín para que hoy el Sevilla aparezca como un equipo consolidado y mejorado con respecto a su última versión (ganó la Supercopa con baño incluido al Barça y lidera la Liga española). Esto debería servir de ejemplo para los otros tres participantes españoles (Celta, Espanyol y Osasuna). Cuando la Champions aparece como una quimera para muchos clubes por su exigencia competitiva, bueno es centrarse en este segundo escalón siempre y cuando se plantee como una estación de tránsito hacia mayores logros. Eso sí, sin un proyecto a medio plazo, también es mejor olvidarse de la UEFA por la factura que puede pasar.